miércoles, 15 de octubre de 2008

Voces en mi armario II

- Continuación de Voces en mi armario - (no seas vago/a y léete primero la primera parte, hombre/mujer)

¿Ya está? Vale, entonces vamos allá.


Una vez me había desecho de la fregona lanzándola con violencia al cubo de la basura, no sin antes despedirla con un cariñoso abrazo y sentidas lágrimas de pesar, me dispuse a entrar otra vez en casa para desvelar el misterio de las voces. Cuál fue mi sorpresa cuando al echar las manos al bolsillo no encontré otra cosa que mi peludo huevecillo izquierdo: el bolsillo del pijama, a parte de estar más vacío que la vitrina de trofeos del Trujillo F.C., tenía un hermoso agujero en su fondo que garantizaba la pérdida inmediata de cualquier objeto de valor. Esto significaba dos cosas:

B- Me había dejado las llaves dentro de casa.

C- Aquel pijama de Barrio Sésamo era demasiado viejo.

Prefiero no escribir la letra A en la enumeración debido a que me jode su exceso de protagonismo, apareciendo siempre en primer lugar y siendo la letra más utilizada en nuestro idioma.

- Qué maja ella -

Con la tontería eran ya las tres de la mañana de un martes y yo estaba en la calle con un pijama de Barrio Sésamo y, lo que más me jodía, sin peinar. Aquello era digno de mis peores pesadillas infantiles.

Imaginé lo que pasaría si a alguno de mis vecinos frikis le daba por grabarme y colgar el video en Youtube y decidí que mi dignidad valía más que el cristal de mi ventana. Dí entonces unos pasos hacia atrás, cogí carrerilla y salté de cabeza cual saltador de cabeza (qué pasa, no se me ocurría ninguna comparación mejor), atravesando la ventana y cayendo encima de una mesa de mármol del siglo XII más o menos. Entre los cortes, las contusiones y la pena por haber despedido a mi fregona, puedo afirmar que aquel momento fue uno de los 1035 más dolorosos de mi corta vida. Desde la tranquilidad que me proporciona estar relatando ahora esta historia sentado frente a mi ordenador me pregunto por qué coño no rompí la ventana con una piedra y entré como una persona civilizada a través de ella... supongo que por ver demasiadas películas de acción.

Con la cabeza vendada y una vez me hube recolocado el hombro derecho subí las escaleras, sorprendentemente sin sufrir ningún accidente. Estaba llegando al final del pasillo cuando de repente sonó el timbre de la puerta. Noté cómo me temblaba ya el ojo y me subía la temperatura corporal producto de la ira, totalmente justificada por otro lado. Supongo que aunque sea una persona tranquila se entenderá que, a esas alturas de la noche, llevaba encima un cabreo considerable. Barajé la posibilidad de ignorar el timbrazo pero decidí finalmente abrir la puerta y simplemente asesinar a la persona capaz de tener la idea de llamar a mi puerta a esas horas de la madrugada.

Una vez abajo intenté tranquilizarme antes de abrir. Sería una putada que me encarcelaran por asesinar a alguien y quedarme sin resolver el puto misterio de las voces, me dije a mí mismo. Abrí la puerta y tras de ella apareció mi encantadora vecina de enfrente. Unos ochenta años, siempre vestida con delantal y con más arrugas que mis camisas desde que vivo solo.

- Imposible aguantar a la mujer -


- Hola, extraño desconocido. He escuchado ruidos de cristales rotos y quería preguntarte si estás bien.

- ¿Usted no duerme, señora?

- Estaba haciendo yoga. ¿Entonces está todo bien?

- Sí, más o menos. Pero gracias por preguntar.

- ¿Qué tal anda tu madre?

- Bien.

- ¿Y tu hermano qué hace?

- Durmiendo, supongo.
- ¿Que duerme mucho o qué?

- Señora, creo que me voy a volver a acostar.

- Ay, hijo mío. Si es que la juventud de hoy estáis todo el día cansados. Yo a tus años...

¡Plas! Portazo en la cara más que merecido. No estaba yo en aquel momento como para aguantar conversaciones vanales de vecinas ancianas. Sentía que ya me había sucedido todo lo que me podía suceder aquella noche, así que me relajé y, seguro de que esta vez no volvería a ser interrumpido, me dirijí por enésima vez a mi habitación. Los ruidos, lejos de haber cesado, se habían acrecentado considerablemente. La variedad de sonidos que se podían distinguir era verdaderamente inquietante. Noté cómo al acercar la mano derecha al tirador se aceleraba mi pulso producto de la adrenalina. Coloqué instintivamente mis otra mano delante de la cara adoptanto una postura de defensa y me dispuse a tirar de la puerta lo más fuerte posible intentando evitar que, fuese lo que fuese aquello que se escondía en mi armario, tuviese tiempo para reaccionar.

Tras un segundo en el que sentí verdadero pánico, aterrorizado por lo que pudiera sucederme, tiré con todas mis fuerzas, cerrando al hacerlo los ojos de manera instintiva a causa del miedo.

Aquel momento me pareció al menos dos momentos. Cuando finalmente volví a abrir los ojos fui cegado por una potente luz blanca a la altura de mis ojos. Pensé que había muerto y aquella luz era esa de la que hablan las personas que han estado al borde de la muerte, pero tan sólo un instante después escuché una voz que me resultaba algo familiar:

- Algo así fue lo que ví -


- ¡Sorpresa!...


Tienes suerte, la continuación ya existe: Voces en mi armario III: el desenlace
Que la disfrutes

17 comentarios:

Yyrkoon dijo...

O_o

Cada post me desconcierta más y eso que en mi vida ni los colegios han estado concertados. Como supongo que tal es tu intención, no puedo por menos que felicitarte alegre e indisolublemente.

El extraño desconocido dijo...

jajaja! si, al final me va a salir una telenovela con lo del armario. Espero que dentro de poco se hable en los foros sobre la posible naturaleza de la luz. Estoy pensando en meter en la historia unos cuantos números al azar que le den un toque de misterio. A que es buena la idea?

Saludos

Yyrkoon dijo...

JEJEJE, no sé de que me sonará eso Sr. Lock

Cuidadín con los aviones.

Anónimo dijo...

Hola Desconcido extraño...
realmente me asusta tu post..tengo 11 añitos y cada vez que los leo se me pone la piel de gallinita...
saludos el diseño anterior era mejor..
este es como si fuera de los picapiedras..

Mike Parga dijo...

interesante, dime que habrá una tercera parte por favor.
Saludos, extraño publicar algo.
Pronto lo hare.

El extraño desconocido dijo...

Habrá una tercera parte, claro!

El diseño a mi me parece mejor, Pablo, y con lo de los Picapiedras no se a qué te refieres :-P

Saludos extraños

Anónimo dijo...

pues a mi me tienes en ascuas chiquillo...ya habia olvidado q leí la primera parte y volvía a ser feliz sin la incertidumbre, y ahora...
En fin!Habrá q esperar, pero tuya será la culpa d q escriba con muñones por comerme las uñas del nerviosismo XD.
En serio, me chifla tu blog

El extraño desconocido dijo...

Alguien nuevo!
Vamos a dar todos la bienvenida a Vera:
HOLA VERAAAA!
:-D

La próxima entrega no tardará mucho, don´t worry.

Saludetes desconocidos, extraños y chiflantes

Clip dijo...

he disfrutado leyendote...
un abrazote en el concurso y suerte con mi abrazo jejeje

Anónimo dijo...

jajajajajaja!
qué buena la cara de la abuela!

Jordim dijo...

Joder, tienes lectores de once años.. espero que eso no pas en mi blog, alguien me acabaría denunciando..

Saludos, sigue en ello, mola.

Anónimo dijo...

No soy nueva..jeje!, llevo observando desde la tramoya hace mucho tiempo (soy más de leer q d escribir), pero me alegra saludarte por fin..holaa!
tu blog y el de un tal educador en alaska me tienen enganchada desde hace mucho tiempo. teneis estilos muy diferentes e historias igualmente dispares, el tuyo más loco (me siento identificada XD),el suyo más comprometido.
Habría intentado escribirte tooodo el comentario sin un solo punto..en un solo párrafo, pero eso t lo dejo a tí q eres el experto...jajaja!
Q siga igual d guay.besos

El extraño desconocido dijo...

jajaja! me alegra mucho que te guste el blog, Vera. Si de Vera´s (qué malo, jeje) te has leido todo el blog recordarás que yo también viví un tiempo en Alaska, donde estuve haciendo negocio:
http://vivenciasvarias.blogspot.com/2008/06/helados-el-extrao.html
Pregúntale al figura del otro blog si conoce "Helados El Extraño".
Saludos y gracias por atreverte a comentar

Anónimo dijo...

"Aquel pijama de Barrio sesamo era demasiado viejo", jajajaja

Por cierto, me he reido bastante con lo que tienes puesto arriba sobre los premios20blogs

os recompensaré con todo menos sexo oral y masaje de pies.

Masaje de pies no?? has perdido un voto xD

Anónimo dijo...

Llego desde el concurso de 20 minutos, me he partido de risa con Voces en mi armario I y II. Tienes serias posibilidades de obtener mi voto. Tu blog es parecido al mío, huyendo del copy-paste y otros pastiches.

¡¡Mucha suerte!!

Pedro dijo...

¡Sorpresa! ¡Sorpresa, dice! Menos mal que llego cuando la tercera aprte ay escrita, si no te iba yo a dar sorpresa a ti...xDDDD


Un saludo,


Pedro.

CriS dijo...

Ummmm interesante... chico con pijama "especial" pero roto jugando a esas horas a Indiana Jones (por la forma de entrar en casa), inocente como para no preguntar quién es y abrir a esa vecina que me resulta tan familiar... y ¿oye voces y ahora ve una luz en el armario??? Ummm que me da que este chico acaba en el loquero "de cabeza".
¿hay alguien dentro del armario con una linterna que le ha cegado? tendré que seguir leyendo...