martes, 28 de abril de 2009

Las Torres de Hanói

Según la Wikipedia, Las Torres de Hanói es un rompecabezas o juego matemático inventado en 1883 por el matemático francés Éduard Lucas, el cual también se dedicó a otras cosas mucho menos interesantes como estudiar la serie de Fibonacci (famosa como ninguna pero de utilidad más bien dudosa) o crear un test de primalidad, que supongo que servirá para saber cuán primate es una persona según cómo conteste a unas serie de preguntas.

Cuenta la leyenda que Éduard, una vez convertido en prestigioso profesor de matemáticas de la universidad de París y un tanto bajo de moral por seguir siendo virgen a los cuarenta y un años, comenzó a cortejar a una compañera del departamento, una tal Anne-Marie Gonnord, que estaba bastante buena según mis investigaciones. Sin embargo, Éduard pronto descubrió que su amor estaba liada con otro de los profesores de matemáticas del centro: Pierre Deschamps, un hombre bastante apuesto pero que olía mal a partir del día quince de cada mes. Éduard, frustrado por la situación, decidió intentar humillar matemáticamente a su adversario para así conquistar el corazón de Anne-Marie.

Tras varios duelos de multiplicaciones de números de cuatro dígitos durante los descansos entre clase y clase, y al ver que no había vencedor claro, los dos profesores decidieron quedar un día a la salida de clase para batirse en un complejo duelo matemático real, naturalmente hasta que solamente uno quedase entero. El perdedor no podría acercarse a Anne-Marie en los próximos 2+7/5*21^7 años, que son más de 2.500 millones de años (casi media eternidad según los estudios más recientes).

Éduard, a sabiendas de que Pierre tenía todos los libros clásicos de acertijos matemáticos, comprendió que su única oportunidad de no morir virgen era idear un nuevo juego matemático que pillase por sorpresa a su adversario. Por esa razón ideó las Torres de Hanói, con las que finalmente saldría victorioso de su duelo.

Tras su derrota, Pierre se puso a trabajar en el Zara calculando precios y nunca se volvió a saber de él. Anne-Marie se lió a las dos semanas con el profesor de educación física del instituto de al lado y Éduard murió virgen pero al menos pasó a la historia con su jueguecito.

------ Las Torres de Hanói ------

El juego se puede comprar fabricado en madera y con piezas coloreadas, pero aquí voy a explicar la versión de bar, para librarte del amigo pesado que siempre se las da de listo.

Necesitas: tres posavasos, una servilleta y un bolígrafo.

Coloca los tres posavasos (A, B y C) uno al lado del otro. Corta ahora la servilleta en seis trozos y escribe en cada uno un número, del uno al seis. Ordena los trozos con los números de menor a mayor: el uno arriba del todo y el seis abajo. Por último, deja los trozos encima del posavasos de la izquierda. Esa es toda la preparación.

- Esta sería la situación inicial -

El objetivo del juego es pasar los seis papelitos, ordenados igualmente de menor a mayor, al posavasos de la derecha. Para ello hay que seguir las reglas siguientes:

1 – Solamente se puede mover un trocito de papel cada vez.

2 – Nunca se puede depositar un número encima de otro número menor que él.

3 – Solamente puedes mover el número de más arriba de cada posavasos (osea, el menor).

Según las reglas, el primer movimiento no puede ser otro que coger el papel número uno y dejarlo sobre el posavasos B o C. Lo dejaremos por ejemplo sobre el B. Nos quedaría entonces la siguiente situación:


- Situación tras el primer movimiento -

Ahora tendríamos dos posibilidades:

1-Mover el papel número uno al posavasos C.

2-Mover el papel número dos al posavasos C. Obsérvese que el papel número dos no podría llevarse al posavasos B por estar ahí el papel número uno, el cual es menor que dos.

El juego parece fácil pero no lo es, así que solamente tenéis que apostaros una cerveza a que vuestro amigo no lo resuelve en menos de... veinte minutos, por ejemplo, y ya está neutralizado. Cuando lo haya resuelto la primera vez él solo, por supuesto le pedís que lo vuelva a hacer con vosotros delante. Que os divirtáis.

viernes, 24 de abril de 2009

10 originales maneras de librarte de un amigo pesado un sábado por la noche

Antes de quedar con él:

1 – Dile que esa noche tienes que ir pronto a la cama porque el domingo te toca ir a misa a confesarte.

2 – Dile que esa noche emiten un resumen de los mejores momentos de noche de fiesta y que tu abuela te ha prometido 20 euros si te quedas a verlo con ella.

3 – Adviértele que si viene él necesitáis coca-cola con sabor vainilla para el ron (a tu novia le encanta), y la única tienda en la que se puede conseguir a esas horas está al otro lado de la ciudad.

4 – Convéncele de que todavía es jueves y dile que dentro de dos días le llamarás para quedar.

5 – Dile que estás invitado a una fiesta privada. Cuando te pregunte de quién es la fiesta dile que lo sientes, pero que no te está permitido dar más información.

Después de que te lo encuentres:

6 – Confiésale que estás enamorado de él desde el mismo día en que os conocisteis. Importante guiñarle el ojo lentamente mientras lo dices y acercar lentamente tus labios a los suyos. Por favor no utilizar esta técnica en caso de dudar de la masculinidad del amigo.

7 – Líate con la tía más fea del bar (por aquello de aumentar las posibilidades de éxito) y hazle creer a tu amigo que te ha invitado a su casa. Corre todo lo rápido que puedas nada más salir del bar.

8 – Haz un círculo para que la gente baile en el centro y consigue que muestre su movimiento estrella. Piérdete entre la multitud cuando lo esté haciendo.

9 – Róbale el DNI en un despiste y convéncele después ir a la discoteca de moda. El portero se encargará de que no entre contigo. Opcional: ya puestos le puedes robar también el dinero y tomarte un par de copas a su salud.

10 – Proponle algún sofisticado juego de lógica que le anule por un par de horas. Ésta última técnica fue usada varias veces en mi contra y en próximos posts os voy a revelar alguno de estos juegos.

jueves, 23 de abril de 2009

Meme1

Me han salvado una vez más de esta falta de creatividad bloguística. Gracias Xenia por acordarte de mí. Aunque sigo estando en contra de los memes, éste lo voy a hacer para sacaros de un par de dudas sobre mi persona (o no).

Las reglas son las siguientes:

-Responder a las preguntas en tu blog.
-Cambiar una pregunta que no te guste por otra inventada por ti.
-Añadir una pregunta creada por ti.
-Pasarlo a otras 8 personas.

Y como soy un tío sin ley me voy a pasar las reglas por el forro y voy a borrar un par de preguntas, que si no el post es demasiado largo.

¿Cuál es tu obsesión ahora mismo?
Conseguir afeitarme sin hacerme ningún cortecito.

¿Un buen lugar para relajarse?
Una tienda de colchones

¿Te echas la siesta?
Muy de vez en cuando

¿Quién ha sido la última persona a la que has abrazado?
Creo que al cura en mi primera comunión. Los tíos duros somos así.

¿La última cosa que te has comprado?
Una napolitana para desayunar

¿Qué escuchas ahora mismo?
A mi compañero de trabajo hablando por teléfono

¿Tú estación del año preferida?
Verano

¿Cuáles han sido tus mejores o peores vacaciones?
Las mejores creo que fueron los veranos siendo crío en la playa. Las peores, unas que planifiqué y tuve que cancelar por culpa del trabajo.

¿Qué tienes en tu armario del baño?
El aspirador, no te jode. ¿Pero qué pregunta es esa?

Di algo de la persona que te pasó este meme:
Encantadora, simpatiquísima y atenta dama, que gusta de vestir generosos escotes y estoy seguro de que es buena persona y le encanta el sexo. Un chollo, oiga.

Si pudieras tener una casa amueblada totalmente gratis en cualquier parte del mundo, donde te gustaría que estuviera?
No me imagino estar yendo de vacaciones toda mi vida al mismo sitio, así que haría como Xenia y me cogería una casa aquí y con el ahorro en el alquiler me iría dando algún que otro lujo.

¿Lugar favorito de vacaciones?
Creo que lo acabo de contestar: no tengo.

¿Cuál es tu té favorito?
El de berenjena no lo he probado pero me ha dicho mi verdulera que está de muerte.

¿Cómo tomas el café?
A sorbos si está caliente y a tragos si ya está frío.

¿Qué tipo de música te gusta?
Me gusta todo menos Julio Iglesias y la canción que hizo Jesulín. Tooooa toooa tooooaa, te necesitoo toooooa... bueno, tan mal tampoco estaba, ahora que lo pienso.

¿De que te gustaría librarte?
De algún que otro recuerdo.

¿Qué querías ser de pequeño?
El chupete de la Martita.

¿Qué echas de menos?
Las películas de Bud Spencer

¿Qué estas leyendo ahora mismo?
Un libro sobre macroeconomía: humor del bueno.

¿Te consideras adicto a comprar ropa?
No, lo considero más bien una pérdida de tiempo.

¿Cuál es la combinación de colores que más usas?
Color pera limonera con cualquier otro color que no llame mucho la atención.

¿Con qué celebridad te identificas?
Con Albert Einstein, igual que él seguramente se identificaría conmigo. La única diferencia es que yo soy más guapo según la revista Forbes.

¿Vivirías tu vida de distinta manera a como la vives ahora?
En este preciso instante no cambiaría nada.

¿Volverías a crear el blog?
No. Me arrepiento un montón de haberlo creado y solo lo mantengo por lealtad a mis más de dos lectores. ¡Pues claro!

No podrías vivir sin…
Corazón. Bueno, sin pulmones también estaría difícil.

Físicamente… ¿quién es tu hombre ideal?
Soy demasiado macho como para contestar a eso.

¿Qué prenda (ropa, calzado o complemento) tienes en casa que tenga mucho valor sentimental para ti? ¿Por qué?
El sombrero que me compré en París, porque solamente fui capaz de ponérmelo allí.

¿En el armario de que famosa te gustaría perderte?
En el de Amy Whynehouse. Seguro que no me aburría.

¿Cómo reaccionas si te dejas el teléfono móvil en casa?
Llamo inmediatamente al 112. Aunque sin móvil está difícil, claro. ¿Alguien sabe si todavía existen esas cajas con un teléfono dentro... cabinas creo que se llamaban?

¿Cuál ha sido el último sueño que has tenido?
Siempre me olvido de los sueños. Es una putada, pero no lo puedo evitar.

Di tres cosas de las que te sientes orgulloso:
1 – De mi belleza.
2 – De mi dinero.
3 – De mi enorme sinceridad.

¿Cambiarías algo de ti mismo?
Los pieses, que parece que más que pies tenga garras.

Un sueño:
Sentir el día de mi muerte que he aprovechado mi vida y he sido feliz.

Si fueras una tapa, ¿de que estarías hecho?
De plástico, para que se me pudiesen meter en el microondas.

Di tres o cuatro grupos de música o cantantes que escuches cuando te sientas feliz:
Si estoy feliz hasta Smashing Pupkings me parecen optimistas.

Si todo el mundo que conoces de tu “vida real” se enterase de que tienes un blog y no pudieras vetar el acceso más que a uno o dos, ¿quiénes serían?
El único a mi jefe por aquello de los horarios de publicación de algunos posts, más que sospechosos.

¿Qué es lo que os queda pendiente en el sexo?
El helicóptero no me acaba de salir, lo cierto es que es más difícil de lo que parece.

Y mi pregunta es:

¿Eres una persona religiosa?
Yo no.


Ala, y ahora que se sienta nominado todo el mundo que haya leído esto y haya sonreido al menos una vez, así que al tajo.

jueves, 16 de abril de 2009

5 - Por los pelos

Aquí encontrarás el índice de esta fenomenal serie. Te recomiendo que empieces por el principio, como es lógico.

- Lo siento por quemarte, cariño. Ahora acabo de llamar a un amigo: en cinco minutos nos vendrá a ver. ¿Te apetece mientras tanto un café? - me preguntaba Jimmy Love al final del capítulo anterior -.

- Nunca le hago ascos a un café, pero en este momento voy a hacer una excepción. – contesté - Sin embargo, a una cervecita no te diría que no... en otra ocasión, pero ahora mismo no me apetece. Un agua del grifo por el contrario no me la suelo beber, así que si tienes alguna otra cosa te estaría agradecido en caso de que no me hubieses quemado las orejas, lo cual hace que por mucho que me ofrezcas te odie igualmente.

- ¡Pero cariño, si te he dicho que te he quemado sin querer! Jo, lo que menos quería era hacerte enfadar, de verdad, pero es que este Benito me ha liado. – contestó Jimmy con cara de mosquita muerta -.

- ¿Cómo? – exclamé sin poder evitar poner cara de gilipollas - ¿has llamado a Benito Camelas Pelotas?.

Recordé la paliza recibida por Benito días atrás, así como su amenaza:

- Espero que cuando estés en el hospital te acuerdes de leer El maravilloso mundo de las mariposas, porque si no ya sabes lo que te espera otra vez ¡Tengo una familia de hamsters que alimentar, maldito pisapapeles! – había gritado Benito tras introducir mi cabeza entre los radios de la rueda de la bicicleta de montaña de su tío de Guadalajara. –

Como todos sabéis había decidido no volver a suscribirme a la revista, así que cuando Jimmy dijo haberle llamado me asustó mucho más la idea de que viniese Benito a visitarme con sus ansias de venganza como regalo, que que quien lo hiciera fuera un negro homosexual amigo de Jimmy.

- ¿Cómo? ¿has llamado a Benito Camelas Pelotas? – repetí la misma frase sin importarme carecer de originalidad en un momento tan crítico -.

- No, no, nooo..... bueno... sí, un poco sí que lo he llamado. Pero no lo entiendo: ¿por qué te pones así?. – Su rostro de sincera sorpresa infundió en mi una esperanza -.

- Jimmy – contesté con cara de terror – ... Benito me quiere matar.

En aquel momento creo recordar que sonó un trueno que después iluminó la habitación dando un toque si cabe más terrorífico a la escena.


- Oye, ¿te has dado cuenta de que primero ha sonado el trueno y después se ha iluminado la habitación? – pregunté sin poder dejar de lado una ocasión para hacerme el listillo -.

- A decir verdad, lo que pasa es que me he tirado un pedo mientras apagaba la luz y la volvía a encender al ver que nos quedábamos a oscuras.

- Joder, Jimmy, qué cerdo. Y mi abuelo que siempre decía que los maricones cagaban jabón...

- Extraño Desconocido, perdóname. Yo no quiero que te maten, jolines. A mí Benito me dijo que era tu amigo y que quería darte una sorpresa cuando salieses del hospital, por eso me pidió que si te veía te atase de pies y manos y le avisase lo antes posible. Por suerte tenemos algo de tiempo antes de que venga: me ha dicho por teléfono que se estaba depilando las ingles y que en cuanto acabase venía.

- ¿Que se estaba depilando las ingles?

- Sí, a lo brasileño.

- ¿Pero tú de qué conoces a Benito?

- ¡Jijiji! Pues mira, cariño, te cuento: resulta que un verano hace unos tres o siete años estaba yo de fiesta por Ibiza con mis dos amigos La Loli y La Juani cuando de repente...

- Mira, ¿sabes qué?, creo que prefiero no saberlo. Benito va a llegar en cualquier momento y me gustaría poder escapar antes de que lo haga.

- Pues claro, cariño, ahora mismo te desato. Solamente tengo que recordar la combinación, un momento. – cerró los ojos y llevó sus dos dedos índices al labio inferior, en un gesto de meditación propio de Anthony Blake -.

- ¡Pero qué mierda de combinación ni qué ocho cuartos en vinagre balsámico! Desátame de una vez, Jimmy. – grité en un arrebato de nerviosismo -.

- Uy, perdón, me he vuelto a liar, pensaba que te había atado con el candado de la bici en lugar de con el cinturón sadomaso.

Jimmy liberó mi brazo izquierdo, después el derecho y por último el cuello. Me incorporé aliviado lentamente y, tras despedirme de Jimmy con un cálido apretón de manos, me dirigí a la puerta todavía con el peine atascado en mi pelambrera.

Estaría a unos dos pasos de mi libertad cuando una sombra apareció en el cristal que me separaba de ella e hizo sonar la puerta con la brusquedad propia de un repartidor de revistas y/o butano: TOC. Una único toc, pero contundente de narices.

Me abalancé hacia un lado e instintivamente me oculté tras el perchero mientras Jimmy, tras lanzarme una mirada de complicidad, abría la puerta. No sería fácil escapar mientras el peluquero distraía a Benito llevándole hacia el lavacabezas, pensé.

- Hola, Jimmy – saludó Benito con voz ronca y pausada, de las que siempre tienen los malos – llévame al Extraño Desconocido, por favor.

- Claro, Benito, está ahí mismo escondido detrás del perchero, no tiene pérdida.

- ¿Pero tú eres tonto, Jimmy? – exclamé sorprendido de que alguien pudiese ser tan imbécil – ¡Pensé que ibas a distraer a Benito para que pudiese escapar!

Benito pareció no escucharme y simplemente fijó sus ojos en mí, enrojecidos de ira y también seguramente de no dormir mucho, todo hay que decirlo. Asustado por la situación, miré a mi alrededor y cogí lo primero que encontré: el perchero. Utilizándolo cual abuelo un bastón, lo alcé por su base y le asesté un golpe a Benito en la cabeza haciéndole caer hacia atrás, por suerte para él encima de una montaña de pelos de señora. Aquel acertado movimiento me otorgó unos segundos de ventaja, los cuales aproveché para salir a toda velocidad de la peluquería y avisar a un policía que casualmente pasaba por ahí en aquel momento. Por suerte el policía reaccionó rápido y arrestó a Benito por intento de asesinato (puede que exagerase un poco la historia, pero era por mi seguridad, entendedlo).

- Uf, me he librado por poco – le comenté a Jimmy una vez nos volvimos a quedar solos -. Parece ser que la gente guay en el fondo tiene suerte. En fin, ahora puedes acabar de cortarme el pelo, ¿no? Mira, me cortas por aquí un poco, por esta zona rapado al tres, por aquí arriba me gustarían unas mechas rubias, no sé si me entiendes, que quede bastante guay...

Capítulo siguiente

martes, 7 de abril de 2009

El lector

Sin ánimo de convertirme ahora en crítico de cine, voy a comentar una de las últimas películas que han conseguido que mueva mi culo del sillón y apoquine diez eurazos para verla: El lector.

Basada en una novela del cuasianoréxico aunque atractivo para algunas mujeres de pago según él mismo afirma, Bernhard Schlink, la película está dirigida por Stephen Daldry tal y como toda persona capaz de usar la Wikipedia podrá saber. El guión corre a cargo del británico David Hare y ya vale de nombrar a gente que nadie conoce.

La novela se titula en su versión original “der Vorleser”, algo así como “la persona que lee en voz alta”. Encuentro cuando menos curioso que los alemanes tengan un verbo para expresar algo que nosotros hacemos con una construcción gramatical. Supongo que será porque lo de leer en voz alta no tiene tantos adeptos entre los españoles, de lo contrario existiría algo así como “altoleer”. De todas maneras, éste no es el tema.

Atención: A continuación relato a grandes rasgos la primera media hora de la película. No te voy a chafar el final pero aun así, si eres de los que prefieren no conocer nada del argumento al entrar al cine, mejor sáltate los dos párrafos siguientes (marcados en cursiva y todo, oiga). Avisado/a estás, que luego no se diga que El Extraño Desconocido es un chafapelis.

La película, supongo que al igual que la novela, comienza mostrando la relación entre un chaval de quince años, Michael, y una madurita de treinta y seis, Hanna, que bien sería una MILF en toda regla si no fuera porque no tiene hijos. Su relación, al principio limitada al sexo puro y sobre todo DURO, se transforma poco a poco hasta llegar a basarse casi únicamente en los momentos que Michael dedica a leer relatos a Hanna en voz alta. Ella, avergonzada por su “HANAlfabetismo” (juas, qué malo) utiliza a Michael para que le lea, pero él no es capaz de darse cuenta de ello debido a que se pasa todo el tiempo con la sangre en un lugar que no es precisamente el cerebro. Un día Hanna desaparece sin dejar rastro y el protagonista se queda más solo que Aznar en un mitting del PSOE.

Michael encuentra tiempo después, durante sus estudios de leyes, a una Hanna desmejorada siendo juzgada ante un tribunal por crímenes ocurridos durante el nazismo. El protagonista se ve inmerso en dicho proceso y se cuestionará si debe o no debe ayudar a aquella persona que tiempo atrás le rompió el corazón. Lo que ocurre a partir de entonces, mejor descubrirlo por sí mismo.


Lo que más me interesó de la película no fueron los pezones de la Winslet, sino el punto de vista que aporta (la película, no la Winslet) sobre los juicios a antiguos criminales de guerra, en este caso unos 40-50 años tras haber sido cometidos. A raíz de ello, mis amigos imaginarios y yo tuvimos una larga discusión que me gustaría compartir con vosotros.

Empecemos por arriba: para mí está clarísimo que Hitler fue un criminal, al igual que sus subordinados más directos. Sin embargo, esta seguridad se desvanece poco a poco al llegar a personas que estaban posicionadas mucho más abajo en el organigrama Nazi. Pensad en un soldado raso, en un trabajador de un campo de concentración, en un carcelero... incluso en el encargado de preparar y activar la cámara de gas. Gran parte de esas personas no eran capaces ni tan siquiera de plantearse si lo que estaban haciendo estaba bien o no. No disponían de la información necesaria y, además, muchos no tenían otra opción. La misma realidad es completamente distinta dependiendo de cuánta información tenemos a nuestra disposición y cuáles son los valores que se nos han inculcado. Pensad en lo siguiente:

1 - ¿Cuántas personas consideraban que lo que estaban haciendo era correcto? ¿Cuántas personas creían que estaban haciendo el bien al cargarse a toda esa gente? Hace un par de días Superpatata colgaba un post con un juego de mesa para niños, famoso durante la época Nazi. El juego “Juden raus” (judíos fuera), es una muestra de los valores que se inculcaba a la población en aquellos tiempos. Estoy seguro de que muy pocas personas disponían de la información y los valores actuales, necesarios para hacer la misma valoración crítica de sus actos que nosotros podemos hacer hoy.

2 - ¿En qué medida “elegían” esas personas hacer lo que hacían? Pienso que muchas no tendrían una elección real por miedo a represalias. No creo que negarse a ser partícipes del exterminio fuese una opción de verdad, ya que significaría automáticamente ponerse de parte del “enemigo” y ser asesinado.

3 - ¿Creéis que es correcto juzgar, en nuestro estado de conocimiento actual, los actos cometidos por nuestros antepasados en circunstancias completamente diferentes? Creo que aquí la respuesta depende demasiado de las circunstancias como para poder generalizar.

Todo esto me hizo imaginar dos hipotéticos escenarios que dan que pensar:

1) Imaginemos que dentro de cuarenta años las corridas de toros son consideradas un asesinato múltiple, cosa totalmente lógica ya que los animales han llegado a tener los mismos derechos que los humanos (los cuales son vegetarianos en su totalidad). Desde la perspectiva del año 2049 los toreros son vistos como asesinos en serie. Un nuevo juez Garzón decide por tanto juzgar a Jesulín, Ribera Ordoñez, José Tomás y compañía por los graves delitos cometidos allá por el año 2000. Como es lógico, las personas únicamente pueden ser juzgadas según la legislación que estaba vigente en el momento de la comisión de sus crímenes, pero dada la presión social existente se rebusca y rebusca hasta encontrar una “excusa” para poder encarcelarlos. Finalmente son juzgados por tenencia de armas en lugar público, acto legalmente punible en el año 2000 (aunque a nadie se le habría ocurrido aplicar la ley en ese sentido en contra de los toreros). Como consecuencia de ello, un total de cuarenta toreros son encarcelados bajo una pena de diez años sin derecho a libertad condicional.

2) En el año 2149 los vascos celebran el centenario de su independencia de España. Se realiza entonces la entrega honorífica de la medalla del oro vasca a los fundadores de la "banda de liberación" ETA, por haber entregado su vida para defender las libertades del pueblo vasco. Puede sonar exagerado, pero no sería la primera vez en la historia que un asesino se convierte en héroe con el paso del tiempo.