viernes, 3 de agosto de 2012

Los baños de pago

Mariano Rajoy ha anunciado este viernes una nueva medida de ahorro que ha sido recibida con vítores y sostenes en el Congreso de los Diputados.


Se trata esta vez de un nuevo Real Decreto sobre la utilización de los aseos durante actividades productivas. Actualmente, el tiempo de trabajo que se destina a cagar y mear es inutilizable y por tanto se pierde como tiempo de producción. Un trabajador medio visita el excusado unos diez minutos al día, divididos generalmente en tres visitas: una para cagar y otras dos para mear. Sin embargo, son muchos los casos en los que esta frecuencia asciende a cinco veces "porque no se viene cagado de casa", y además se caga antes de salir del trabajo para ahorrar papel y agua en el hogar. Suponiendo los diez minutos de media y una remuneración de 12 euros por hora (tirando por lo bajo), ha explicado Rajoy, este tiempo resulta en pérdidas de 2 euros diarios y 440 euros anuales por cada trabajador. Para toda España las pérdidas ascienden a 7.920 millones de euros al año, más que suficiente como para rescatar a Bankia según sigue pensando Rato.


Según ha anunciado Rajoy, el nuevo Real Decreto propone instalar en todos los retretes un sistema de pago para entrar a los mismos, de manera que cada visita al excusado cueste un euro. Así se reduciría la media de visitas al lavabo, las cuales se intentaría aplazar en la medida de lo posible. Si asumimos una reducción de tres a dos visitas al día, se lograría ingresar esos 7.920 millones de euros anuales directamente en las cuentas públicas, ya que la recaudación de los retretes irá a parar en su totalidad a las arcas del Estado.



lunes, 30 de julio de 2012

Alegoría de la caverna



De nuevo un extracto de La República, escrita por Platón rondando el año 400 antes de Cristo. La alegoría viene a explicar el rechazo de aquella época hacia los filósofos, argumentando que el saber no puede ser apreciado en una sociedad ignorante. Aquí os lo dejo.

–Y a continuación –seguí– compara con la siguiente escena el estado en que, con respecto a la educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza. Imagina una especie de cavernosa vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el cuello de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto; y a lo largo del camino suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquellos sus maravillas.


–Ya lo veo –dijo.


–Pues bien, contempla ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan toda clase de objetos cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de hombres o animales hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias; entre estos portadores habrá, como es natural, unos que vayan hablando y otros que estén callados.



viernes, 27 de julio de 2012

La verdadera historia de los días moscosos

Cuántas veces habré escuchado esa palabra en mi infancia cuando hacía alguna trastada. Pero no ha sido hasta hace bien poco, tras tantos y tantos años de aventuras y sexo descontrolado, cuando por fin he comprendido lo que significa. Esta es la historia de los días moscosos.

Corría el año 1983 y hacía poco tiempo que España había sido salvada de la destrucción masiva que planeaba el Doctor Franco con sus bombas racimo de uvas durante las campanadas de fin de año. Naranjito lo había vuelto a lograr y, en el último momento, había logrado bloquear los planes del Doctor Franco a base de zumo social natural y le había encerrado en un invernadero murciano con las ventanas cerradas.

Sin embargo, a pesar del triunfo del bien, las consecuencias de aquella dura batalla se habían hecho notar. Debido a un acuerdo entre Naranjito y el gobierno, éste último debía dedicar “dinero a mansalva” a la creación de nuevos invernaderos en el sur de España, aprovechando el sol imperante en la región. La escasez de agua se solucionaría construyendo en pendiente para que la misma fluyese de norte a sur y no al revés. Y a una mala, trasvase.





Debido a la creación de “dinero a mansalva” utilizado para la construcción de nuevos invernaderos había surgido una tremenda inflación galopante, la cual se dedicaba básicamente a tocar los cojones por lo bajinis (expresión que por ciertoreconoce la RAE), es decir, sin que te enterases.


martes, 24 de julio de 2012

Un extraño líquido verde


Era el año 2006 y vivía en un piso compartido junto con cinco chicas. El verano se acercaba sigilosamente como lo suele hacer en Alemania, esperando agazapado para aparecer de golpe en algún momento entre junio y julio.

Había observado aquella olla durante una semana, inmóvil al lado de la vitrocerámica y cerrada con su tapa esperando a que su dueña se ocupase de ella. Decidí preguntar a mis compañeras de quién era la olla, pero nadie quiso hacerse responsable de la misma. De dar crédito a sus declaraciones, la olla había aparecido milagrosamente en la cocina en algún momento en la noche del miércoles al jueves anterior.

Viendo que nadie se mostraba dispuesto a hacerse cargo de la cacerola decidí recogerla decidí adueñarme de ella por el módico precio de limpiarla en el caso de que estuviese sucia.

De nuevo en la cocina, destapé la olla de golpe. Una suerte de nube de diminutos insectos salió de la misma inmediatamente y escapó por la ventana que por suerte estaba abierta, mientras un olor putrefacto se apoderaba de la habitación produciéndome unas harcadas que a duras penas pude contener. El inmenso asco que me produjo aquella situación me impulsó a deshacerme lo antes posible de la olla que había vuelto a tapar, pero esa macabra curiosidad tan propia del ser humano superó incluso dicho impulso y me animó a descubrir lo que había en la olla.

Así pues, cubriendo nariz y boca con un trapo de cocina volví a destaparla, esta vez más lentamente. Cuando acabé de hacerlo y comprobé que no quedaba insecto alguno en la olla, me asomé a su interior. Allí, un líquido verdoso que antes debía haber sido una sopa burbujeaba lentamente.

viernes, 20 de julio de 2012

Depende de la perspectiva


Algunos afortunados cobran sueldos millonarios, viven en chalets de lujo, conducen deportivos, visten ropa cara, llevan anillos y cadenas de oro, comen langostas y caviar y beben champán a diario. Estos empresarios, políticos, banqueros, futbolistas, actores, músicos... viven una vida de derroche que es la envidia de cualquiera.

Mientras tanto, el pequeño empresario ha tenido que vender su barquito en la playa porque cada vez tiene más problemas para pagar las facturas. Ha despedido a tres de sus empleados durante el último año y su negocio apenas sigue produciendo ganancias. Lo justo para pagar el adosado, el colegio privado de su hija y el seguro médico. Las vacaciones probablemente no vuelvan a ser tan ostentosas como hace cuatro años.

Mientras tanto, la clase media ha perdido gran parte de su capacidad adquisitiva. Debido a subidas de impuestos y reducción de salarios, cada vez es más difícil tener el último móvil, un buen coche o permitirse una nueva televisión y unas ostentosas vacaciones.

Mientras tanto, mucha gente cada vez tiene más problemas para llegar a fin de mes. Familias con todos o casi todos sus miembros en el paro que viven gracias a las ayudas del Estado. Sobreviven con lo mínimo: un coche viejo que ya no pueden reparar, ropa de mala calidad comprada de oferta, un móvil con la pantalla rayada. Tienen que hacer cuentas para salir una vez al mes a cenar y tomar una cerveza y ya no se pueden permitir comer un solomillo como solían hacerlo los fines de semana.

Mientras tanto, algunas familias ya han perdido su casa. Llevaban demasiado tiempo sin poder pagar el piso y no han logrado evitar el desahucio. Se tienen que cobijar en las casas de sus parientes más cercanos y añoran los tiempos de la burbuja.

Mientras tanto, algunas personas desafortunadas viven en la calle gracias a la limosna de los transehúntes y las ayudas de organizaciones como la Cruz Roja.

Mientras tanto, millones de personas viven en condiciones mucho más precarias que los anteriores, esclavizados por multinacionales de manera más o menos directa para poder alimentar el hambre de consumo que todavía perdura en occidente.

Mientras tanto, millones de personas siguen ignorando todo lo anterior y muriendo en África por inanición creyendo que no existe una alternativa.

lunes, 16 de julio de 2012

Nutrición en Alemania


Me consta que muchos españoles están planteándose emigrar a Alemania por culpa de la que están liando Zapatero, Rajoy, Urdangarín, Rato y compañía. Para todos los que se acaben decidiendo a llevar una vida de amargura lejos de la familia y el clima tropical de la península he aquí un post dedicado a la alimentación teutona para facilitarles la integración en su nuevo hogar.

Comida

En Alemania se come mal, para qué nos vamos a engañar. A mí me gusta el pescado, pero tras ocho años viviendo aquí he visto un total de ocho peces y todos estaban vivos en el lago de algún jardín. Bueno, uno apenas se movía así que no estoy muy seguro. Pero los otros siete seguro que vivían. El marisco ni siquiera me acuerdo de lo que es.

La comida básica aquí son las patatas y la carne de cerdo. A eso se le suele añadir una salsa con harina para hacerla más densa y asunto finiquitado. Bueno, hay diferentes maneras de preparar la carne, diferentes salsas, también tienen algo de verdura y a veces cuecen arroz, pero básicamente vas a comer patatas y carne de cerdo. Todo lo demás serán más bien extrañas coincidencias.

Lo anterior es válido por supuesto si vas a vivir con una familia alemana o si comes en el comedor del trabajo y/o universidad. Si vas a comprar al supermercado podrás encontrar también otras cosas como filete de cerdo congelado o ensalada de patatas.

sábado, 14 de julio de 2012

El amigo que preguntaba demasiado


- ¿Has visto el nuevo cochazo de Arturo?
- No, no lo he visto. ¿De qué coche se trata?
- Pues un nuevo BMW. Es un pedazo de descapotable, una pasada. Joder, tiene una suerte que lo flipas este Arturito.
- ¿Tú crees? ¿Por qué?
- Hombre, tiene un trabajo de puta madre con el que se puede permitir vivir en el chalet que vive, comprarse un nuevo cochazo de vez en cuando y todo tipo de lujos. La próxima vez que lo veas fíjate en el peluco que lleva el colega. Tela marinera.
- Ah, ¿sí? ¿En qué trabaja?
- Pues no lo sé, pero supongo que cobra un dineral.
- Ya, pero no sabes en qué trabaja, dónde, ni cuántas horas.
- No.
- Pero su trabajo te parece de puta madre.
- Joder, tío, no sé, pero la historia es que se puede permitir un cochazo como el que se ha comprado.
- Ya veo. Oye, ¿y tú qué coche tienes?

miércoles, 11 de julio de 2012

Cuando estuve a punto de morir por culpa de una oferta


Era una mañana de invierno en Zaragoza. Hacía un frío de cojones. Como siempre, no tenía nada mejor que hacer, así que decidí bajar la basura que se acumulaba desde el desayuno hacía media hora y comprobar si había alguna nueva carta en el buzón.

No encontré ninguna carta, pero sí una propaganda de El Corte Inglés a pesar de haber pegado un cartel en mi buzón que decía "propaganda no, gracias". Saqué mi libreta del bolsillo de la camisa y apunté que le propinaría una paliza al repartidor de propaganda cuando lo viera. Como acababa de sacar la basura, subí la propaganda a casa y la dejé en la mesa del salón.

Fue un rato más tarde cuando volví a reparar en aquel documento mientras veía la televisión. Como había publicidad y mi palo para cambiar de canal manualmente desde el sofá estaba roto, observé el folleto. Una enorme televisión LCD ocupaba la portada del mismo y tenía un coste reducido de tan sólo 1.555 euros, una ganga para aquellos tiempos. Tenía ahorrado un dinerillo debajo del salón procedente de unos negocios turbulentos que algún día relataré, así que cogí el maletín con el dinero, lo até a mi muñeca con una esposa y tomé ambos y un autobús hacia el centro. Una vez en El Corte Inglés pude ver esa misma televisión, pero al precio de 1.750 euros. Indignado, busqué a una dependienta que estuviese buena y le pregunté.


sábado, 7 de julio de 2012

El mito de Er


La República es un libro escrito por Platón entre los años 395 y 370 antes de Cristo. Siendo Platón discípulo de Sócrates, construye el libro como una conversación entre este último y otros tantos filósofos griegos de la época, conversación en la que Sócrates presenta ideas sobre la justicia, la formación de un estado ideal, la filosofía en sí, las formas de gobierno, el bien y el mal e incluso sobre la vida después de la muerte.

Dada la densidad de argumentos y una lógica a veces enrevesada, su lectura me ha resultado un tanto difícil pero muy interesante por contener algunas ideas todavía muy actuales. En los próximos días postearé algunos extractos que me han parecido dignos de mención, empezando ahora mismo por el final del libro: La fábula de Er. Dicha fábula trata la vida después de la muerte y el castigo que sufren las personas inmorales en algo similar a un infierno, para luego reencarnarse y comenzar una nueva vida. Una idea que ha pasado a formar parte de la mayor parte de las religiones existentes. Además el texto contiene la explicación del universo de por aquel entonces (he marcado esta parte en cursiva, y te la puedes saltar si no te interesa).

Por cierto, en el libro es Sócrates el que habla y le cuenta a Glaucón el susodicho mito. Comencemos, pues. 



miércoles, 4 de julio de 2012

Lecciones de gogó



Corría el año 2000. Por aquel entonces las acciones no paraban de subir y pretendía invertir en un valor de futuro como lo era Terra, pero necesitaba algo de dinero para empezar a especular ya que después de varios negocios fallidos me había quedado sin un duro. Tras analizar los pros y los contras de intentar seguir cobrando la pensión de mi bisabuelo fallecido hace veinte años, decidí descartar aquella opción e ir a lo seguro: ganarme la vida como gogó. Con mi cuerpazo no sería difícil ganar lo suficiente como para llevar una vida de excesos y que me sobrase dinero para especular y forrarme con las acciones de Terra.
 
Busqué en las páginas amarillas los datos de un gogó de mi ciudad y le esperé en la puerta de su casa.
 

miércoles, 13 de junio de 2012

Menéame, baby

¿Qué es menéame?

Meneame es una especie de periódico virtual del que en principio cada usuario puede ser redactor. Te encuentras una noticia o artículo interesante, subes un link a menéame y si el resto de usuarios decida que el enlace es interesante, entonces el mismo aparece en la portada (la página principal de la web), con lo que la noticia es leída por millones de personas. Menéame funciona básicamente gracias a dos tipos de usuarios:

1 - Los internautas que no tienen otra cosa que hacer y se dedican a subir noticias que encuentran navegando por internet mientras se alimentan básicamente de dulces y chorizo. Estas noticias recién subidas aparecen en la sección de "noticias pendientes". Dependiendo de la hora del día y de si hay o no un partido Madrid-Barcelona en ese mismo instante, las frecuencia de aparición de nuevas noticias oscila entre uno y diez hercios (noticias por segundo). 


2 - El segundo tipo de usuarios, que son los que están aburridos en el trabajo, se leen los títulos de las "noticias pendientes" y observan su karma. Sirviéndose únicamente de esos dos datos votan o no por la noticia.


miércoles, 21 de marzo de 2012

Walmendinger Horn


Walmendinger Horn es el nombre de una montaña situada en un lugar de los Alpes austríacos. Llegamos allí tras algo más de tres horas y media de viaje en coche. Desde el pequeño pueblo construido al pie de la montaña, un teleférico con capacidad para unas cincuenta personas da acceso al pico de la misma, transportando a sus viajeros desde los 1.200 metros de la falda a los 1.946 metros de la cumbre. Una vez arriba, un mirador nos regala un increíble panorama que impresiona incluso a las personas de la región. Los verdes prados del verano se cubren de blanco en el invierno actual, cuando dos telesillas explotan numerosas pistas de esquí y los turistas disfrutan de la nieve que abunda entre octubre y mayo. 

Salimos del teleférico y quedamos boquiabiertos ante las vistas desde el mirador, donde toda descripción anterior se ve eclipsada por la realidad, en parte gracias a un día despejado con un sol que permite descubrir montañas a kilómetros de distancia y a la vez da un brillo espectacular a una nieve que lo cubre prácticamente todo. En ese mismo punto ajustamos nuestras tablas y bajamos la pista, deslizándonos luchando contra un centro de gravedad desplazado por culpa de la mochila y el saco de dormir. Tras bajar esa primera pista tomamos un telesilla que nos transporta a la zona más alta de la montaña de al lado. En el espacio entre esas dos montañas serpentean varias pistas por las que circulan sorprendentemente pocos esquiadores, quizás debido a que ya no es temporada alta.

lunes, 12 de marzo de 2012

La vena de la indignación: aparcando el coche

Me preocupo mucho por el medio ambiente. A veces le llamo y le pregunto qué tal, e incluso le mando algo de dinero de vez en cuando por si va justo de euros. Desgraciadamente, a pesar de mi preocupación por el medio ambiente me veo obligado a utilizar el coche porque mi trabajo está a diez minutos andando, y si camino durante tanto tiempo sudo la camisa y luego en la oficina se ven los surcos y queda fatal. Esto me pasa en verano porque hace calor pero también en invierno porque me suelo abrigar demasiado, así que el coche lo necesito todo el año menos los dos meses que suelo estar enfermo por intoxicación alimenticia.

Esto del coche no supondría ningún problema si estuviese viviendo en mi chalet de Marbella, pero actualmente vivo en una zona cercana al centro de Mannheim, a unos 70 kilómetros al sur de Frankfurt en verano y 69 en invierno por eso del cambio de hora. Como en toda zona céntrica que se precie, en mi barrio resulta difícil aparcar. Muy difícil. Hay ocasiones en las que es necesario dar vueltas durante quince o veinte minutos hasta encontrar un hueco desde el que no sea necesario coger un autobús para llegar a casa. Aparcar es tan difícil que un día encontré un hueco a la primera justo debajo de mi casa y después monté una fiesta para celebrarlo, llegando a casa aun así diez minutos antes que normalmente.

A pesar de una situación tan precaria, hay algunas personas que se dedican a aparcar sus coches de manera sub-optimal o mejor dicho subnormal, estacionando justo en el centro de un hueco que sería suficiente para dos coches.

jueves, 8 de marzo de 2012

El año bisiesto: explicación del 29 de febrero

Con dos semanas de retraso porque tenía cosas más importantes que contar, aquí llega el post sobre el 29 de febrero

Como todos sabréis, un día equivale a una rotación completa de la Tierra sobre sí misma mientras que un año corresponde a una vuelta de la Tierra alrededor del Sol. Sin embargo, esta vuelta alrededor del sol no tarda exactamente los 365 días que tiene un año normalmente, sino aproximadamente 365 días y seis horas. Esto es, en su camino alrededor del sol la tierra no gira sobre sí misma exactamente 365 veces, sino que gira 365 veces más un cuarto de vuelta. Por esta razón, cada cuatro años hemos de añadir un día en el calendario (una vuelta más de la Tierra), y ese día se ha acordado que sea el 29 de febrero, que sólo existe generalmente los años múltiplos de cuatro, llamados años bisiestos. Hasta ahí todos lo sabíamos, pero ahora viene la complicación. 

lunes, 5 de marzo de 2012

Sobre la existencia de Dios


Desde que descubrí la conspiración en torno a los Reyes Magos me planteé muy seriamente la existencia de Dios. El resultado de intentar dar respuesta a esa gran pregunta fue que me acabé volviendo primero agnóstico y después ateo y consecuentemente dejé de pagar el impuesto de la iglesia católica, que aquí en Alemania es voluntario. La muerte desde mi punto de vista simplemente supone dejar de sentir y no poder comunicarse con el entorno, no percibiendo ni generando sentimientos ni ideas. Todo lo demás son coincidencias, malinterpretaciones, adornos y ansias de poder a lo largo de la historia.


Una vez perdí el conocimiento por unos segundos. Lo que mi madre pudo observar fue que palidecí, me desmayé, caí al suelo y volví a abrir los ojos a los tres segundos preguntándome lo que había pasado. Sin embargo, desde mi punto de vista el mundo dejó de existir durante aquel lapso de tiempo. Fue como si me hubiese teletransportado al suelo. No percibí el golpe y ni siquiera tuve la sensación de que hubieran transcurrido tres segundos en lo que para mí fue un parpadeo. Para mí, la muerte supondría algo parecido a aquella experiencia. Ni más ni menos.


Sin embargo, esta semana dos acontecimientos han hecho que me vuelva a plantear si mi respuesta es la correcta. El primero, un mail de una de las personas que más admiro y que no voy a reproducir aquí. El segundo, este breve relato que encontré buceando en la red y que, con una idea verdaderamente simple, vuelve a sembrar grandes dudas en mi interior. El autor de la historia es desgraciadamente anónimo.



miércoles, 29 de febrero de 2012

Dormir para siempre


Daniel era hijo de un alemán y una española. Nacido en un pueblecito de Alemania, conservaba todavía a los amigos de su infancia pero no se limitaba a ellos como lo hacen otras personas, sino que se interesaba también por conocer a nuevas personas como podría ser yo mismo.


Conocí a Daniel hará algo más de dos años a través de una amiga alemana y desde un primer momento me cayó bien. Tenía una de esas sonrisas que nunca se apagan y que delataba que disfrutaba cada momento con buen humor, contagiando a los demás con el mismo. Sin embargo, debido en gran parte a su irregular horario de trabajo no nos veíamos apenas. Alguna vez habíamos salido de juerga, habíamos jugado a póker en casa de un amigo o habíamos tomado unas cervezas, pero siempre pasaba bastante tiempo hasta que volvíamos a encontrarnos. Hay ocasiones en las que las circunstancias ponen trabas a una nueva amistad, y esta era una de ellas.



martes, 14 de febrero de 2012

Hugo Cabret

El sábado fui a cenar a un restaurante mejicano con mi novia. Sí, aunque parezca mentira se puede escribir un blog y tener novia. No somos muchos los que lo conseguimos, eso es cierto, pero algunos elegidos logramos compaginar una vida real y una vida virtual sin acabar presos de Facebook o World of Warcraft. De todos modos ese no es el tema. En el restaurante comimos un plato de tortillas (eso parecido a crêpes enrolladas (eso parecido a kebabs (eso parecido a rollitos de primavera pero más grandes y sin freír))). Pagamos por la comida y un par de cervezas 27 euros.
 
El domingo decidimos ir al cine a ver la película de Hugo Cabret. Sin mayor información que el nombre del director, la vaga idea de haber escuchado una recomendación en algún lugar y la imagen del póster, entramos en el cine ilusionados con vivir una nueva aventura en 3D.

jueves, 9 de febrero de 2012

Aquellos maravillosos años


- Así que me dijeron que me daban un crédito por 30.000 euros más de lo que cuesta la casa y así me puedo comprar un cochazo incluidas llantas y equipo de sonido. En cinco días me pasaré por el concesionario de BMW porque he llamado y me han dicho que solamente atienden con cita, que no dan abasto. 

- Entonces, ¿en lugar de coger un crédito de 300.000 euros vas a coger uno de 330.000 para comprarte también un coche? 

- Sí, en el banco me lo dan sin pedirme nada extra. Genial, ¿no? 

- Hombre, la verdad es que no lo sé. Cuánto pagas de intereses? ¿Has calculado lo que vas a acabar pagando por el coche? 

martes, 31 de enero de 2012

La lavadora

Unos cuantos días atrás se nos relataba la historia de un chino bloggero que, indignado porque Siemens no se ocupaba de arreglar su nevera, había destrozado la misma delante de las oficinas de la multinacional logrando con ello la repercusión necesaria como para que el gigante alemán se haya disculpado. Como curiosidad decir que el problema era que la puerta de la nevera no cerraba correctamente. El slogan de Siemens en China es “la puerta a occidente”, así que el colega bloguero lo tuvo fácil para iniciar las protestas con un toque de ironía.

Resulta que existe otro gigante, llamado Samsung, que cada vez está más presente en nuestras vidas en forma de televisiones, teléfonos, ordenadores y electrodomésticos. Yo mismo apenas sin haberme dado cuenta he acumulado un ordenador, un tablet, un móvil de antepenúltima generación y una lavadora.

La lavadora resulta ser un portento de diseño coreano, con un botón de play digno de los mejores reproductores mp3. Supongo que el botón tendrá algo que ver con el hecho de que cada vez que lo pulso parezca que una orquesta entera está montando un fiestorro en mi baño. Sí, efectivamente tengo la lavadora en el baño como todo alemán que se precie, pero esto sería otro post.

sábado, 14 de enero de 2012

La vena de la indignación (3/3)

No dejes de leer la primera parte y la segunda parte.

- ¡Mierda! – grité con cólera mientras cogía la pantalla - ¡Puta mierda de trabajo! – estiré de la pantalla hasta que el cable cedió volviendo como un resorte hacia la mesa -. ¡Jodidos cabrones, lameculos, imbéciles, soplapollas! ¡A la mierda con todos! ¡A la mierda contigo, Iván, levanta tu puto culo y haz algo con tu vida! ¡A la mierda con la secretaria, puta zorra calientapollas! ¡A la mierda con el explotador de Anselmo y su sobrino retrasado! 

Continué gritando sin parar. Mientras tanto tiré mi material de escritorio contra la ventana, propiné varias patadas al ordenador y lancé la silla contra un armario, con irregulares resultados en cuanto a los daños ocasionados.

Inundado por ese arrebato de ira e incapaz ya de calmarme destrocé mi camisa, quedando mi musculoso torso desnudo para asombro de los presentes (de Iván, vamos). Sentí cómo mi corazón bombeaba sangre a más y más velocidad, haciendo que apareciese en mi frente aquella a la que llamarían la vena de la indignación. 

lunes, 9 de enero de 2012

La vena de la indignación (2/3)


La primera parte está aquí. Si no la lees, no tiene gracia.

- El aire acondicionado no funciona, tío – me dijo Iván al verme llegar -. Menudo calor estoy pasando. 

Las bajas temperaturas nocturnas habían refrescado las oficinas, pero efectivamente ya se empezaba a notar un calor un tanto incómodo provocado por los primeros rayos de sol. Encendí mi ordenador, abrí el archivo de Nastran en el que estaba trabajando y seguí introduciendo mallas para calcular de modo más exacto el punto del asa que estaba fracasando por excesiva tensión. A pesar de haber bajado las persianas, los treinta y cinco grados del exterior traspasaban lentamente las paredes del edificio al igual que lo hace el calor de un horno en un pollo. A eso del mediodía, el calor ya se había vuelto insoportable. Las gotas de sudor resbalaban por mi cara y aquellas que lograban escapar a mis pañuelos humedecían cada vez más el escritorio. Los nervios aumentaban al sentir cómo se ralentizaba mi ritmo de trabajo debido al calor, lo cual a su vez me hacía sofocarme cada vez más, alimentando ese círculo vicioso que me estaba torturando. En ese instante apareció Anselmo. 

La vena de la indignación (1/3)

No es necesaria mucha experiencia para reconocer una curiosa tendencia en el mundo laboral: cuanto mejor trabajas más marrones te caen. Por supuesto, el esquivar portentosamente esos marrones mientras van cayendo del cielo cual lluvia de piedras y luego barrerlos del suelo hacia otro lado te puede ayudar (aunque no tiene por qué) a subir un par de escalones y descubrir otra segunda tendencia: cuanto más alta es tu posición, menos tienes que trabajar. 

Tras varios años trabajando para Botijos Ibarra me había convertido en el mejor ingeniero de la empresa. El jefe del departamento sabía que podía confiar en mí y actuaba en consecuencia. Cuando me escuchaba llegar a la oficina, Anselmo salía de su despacho y me lanzaba sonriente post-its, carpetas e incluso archivadores enteros a través de la sala de ingeniería mientras me gritaba hasta cuándo era necesario acabar una u otra tarea. 

Llevaba dos meses trabajando en aquel proyecto: un botijo de fibra de carbono con pantalla táctil y conexión 3G. MoviStar pretendía ofertar el botijo de última generación junto con un contrato mensual con permanencia de 24 meses a modo de financiación. También Orange y Vodafone se habían interesado por el producto.