miércoles, 8 de julio de 2009

7 - De vueltas con el Teclas



Había dejado atrás unos cuantos obstáculos en mi carrera hacia el guayismo (efectivamente esta palabra no existe, pero comienzo y termino aquí mismo una cruzada a favor de su inclusión en el diccionario de la Real Academia, RAE para los amigos), pero, tras mi primer encontronazo con alguien guay, estaba más que claro que todavía no estaba preparado. Iba de camino a la panadería del barrio pensando en mi estrategia y atando cabos cuando me encontré con él:

- ¡Hombre, Extraño Desconocido, cuánto tiempo! – gritó el Teclas sorprendido desde la otra acera mientras corría hacia mí -.

Incliné mis gafas de sol hacia abajo una vez llegó, mirándole por encima de las mismas.

- Teclas, qué sorpresa. ¿Qué haces? - pregunté -.

- He venido a comprar un par de ampliaciones para la granja de hormigas, Extraño - contestó mi amigo como si eso fuese interesante -.

- moderna imagen de una gran-ja de hormigas -

- Y ahora que lo pienso, ¿cómo me has reconocido después de este cambio de look?

- Pues el pelo te lo has cambiado, pero el careto de gilipollas, Extraño, ese nunca cambia. Los genes son los genes y aunque la mona se vista de seda, ya sabes.

- Pues no, Teclas, no sé. - contesté serio -.

- Que mona se queda, macho, que hay que explicártelo todo. Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. ¿No te suena la poesía?

- No es una poesía, es un refrán. Además, ¿eso qué coño quiere decir aplicado a esta situación? – pregunté amenazante -.

- Ni idea, pero el caso es que mi madre me lo dice casi cada vez que salgo de casa, por eso he supuesto que quedaría bien decirlo en esta ocasión – contestó el Teclas dubitativo mientras le miraba las tetas a una abuela que pasaba al lado suyo con el carro de la compra -.

- Macho Teclas, eres un enfermo. ¿Todavía sigues mirándole las tetas a las viejas? – contesté sin ocultar mi cara de repugnancia -.

- Extraño, tú mismo decías antes de empezar a intentar convertirte en Don Guay que las viejas siempre llevan los mayores escotes por aquello de que tienen las tetas caídas. – contestó el Teclas no sin su parte de razón -.

- Mira Teclas, paso de que me vean hablando con un pringado como tú, tengo una gran reputación que mantener. Quedamos mejor dentro de diez minutos en el Café Berlín. Cuando llegues siéntate en la mesa de detrás de mí, espalda con espalda, y me hablas tapándote la boca con el cuello de la camisa.

- ¿Pero qué camisa, Extraño?, ¡si sabes que siempre llevo camisetas! Además, ¿no sería mejor hablar por teléfono si lo que quieres es evitar que nos vean juntos?.

- En diez minutos nos vemos, Teclas. – sentencié sin atender a explicaciones; la gente guay tiene sus propias ideas como vosotros ya sabéis -.

Eran menos cuarto en el reloj de pared del Café Berlín cuando me sorprendió un brutal empujón a mi silla que casi me arranca de la misma.

- ¡Uy, perdón! – dijo una nerviosa voz que me pareció demasiado familiar -.

Comprobé que no había nadie, al menos nadie guay en los alrededores, y me giré hacia atrás para propinar a mi amigo una sonora colleja:

- Casi me tiras de la silla, hombre, ten un poco de cuidado. – exclamé en voz baja mientras asestaba mi golpe -.

A partir de ese momento hubo un breve silencio que el Teclas aprovechó para pedir algo de beber. Acto seguido me habló en voz baja cubriéndose con el cuello de la camisa tal y como le había dicho. Era la primera vez que veía al Teclas vestido con camisa, y la verdad es que no le quedaba nada mal. Tampoco nada bien.

- Estas chicas estaban sentadas a mi lado. Una pena que todavía no fuese 100% guay -

- Tienes totalmente olvidada nuestra granja de hormigas - me dijo -. Pulguita y Miguelita están muy tristes, creo que te echan de menos. Ya no consiguen levantar las cáscaras de pipa como antes, no sé, estoy bastante preocupado por ellas.

- Mira Teclas – contesté – lo siento por las hormigas, pero me he dado cuenta de que no estaba llevando la vida que quería llevar. Yo veía a los grandes guays de nuestra sociedad: Cristiano Ronaldo, Hugh Jackman, Bruce Willis, El increíble Hulk... y quería parecerme a ellos y tener sexo, igual que ellos, con mujeres siliconadas sin estudios. Sin embargo, ¿qué hacía para lograrlo? Nada, Teclas, nada. Igual que tú. Nos pasábamos los días sentados observando a nuestras hormigas y apuntando datos de humedad, temperatura y número de cáscaras de pipa arrastradas por minuto, y cuando no hacíamos eso me dedicaba a leer la revista El maravilloso mundo de las mariposas e intentar memorizar todas las variedades de cada uno de esos insectos. ¡Qué tonto fuí!

- Pero éramos felices, Extraño – en su tono de voz se apreciaban tristeza y nostalgia a partes iguales -. No teníamos silicona, pero teníamos enormes escotes arrugados. No teníamos fama, pero teníamos nuestra colección de sellos del Peloponeso. Además de eso, que rima con Peloponeso, nos teníamos el uno al otro. Ahora, sin embargo, los dos nos hemos quedado solos. Tú en tu carrera por convertirte en alguien guay y yo en la mía por seguir fiel a mis principios y no abandonar a Pulguita y las demás.

En aquel momento y como si de una película romanticona se tratase, comenzó a sonar una canción cualquiera de la banda sonora de Titanic. Noté cómo se erizaban tres de los pelos de mi brazo. Seguíamos hablando espalda con espalda, cubriendo nuestras caras de manera que nadie sospechase que estábamos conversando juntos.

- Olvida a las hormigas por un tiempo, Teclas - le dije -. Si no lo haces ahora, algún día te darás cuenta de que eres un pringado por su culpa y acabarás odiándolas y les arrancarás las antenas para hacer apuestas con tu padre mientras luchan entre sí. Conviértete como yo en una persona guay, sométete a esta sociedad y acaba depilándote el pecho como los metrosesuales esos - esta última frase la pronuncié en voz alta mientras me levantaba de la silla, presa de la emoción -.

- ¿Y qué ganaría yo con eso, Extraño? – preguntó el Teclas escéptico -.

- Por fin te sentirías aceptado y, sobre todo, conseguirías ligar sin pagar por ello enormes cantidades de dinero. Teclas, pásate a mi bando y serás feliz. Todavía estás a tiempo. Mira, te voy a dar la tarjeta de un peluquero buenísimo. Mañana vas allí y le dices que vas de parte de Don Guay y que necesitas urgentemente un cambio de look. Cuando lo hayas hecho me llamas y quedamos para dar el paso siguiente de mi lista: ir al gimnasio.

- De acuerdo – dijo el Teclas ahora más optimista -. Puede que tengas razón, no lo niego. Te voy a dar una oportunidad, Extraño Desconocido. Total, como dice la poesía: donde no hay ganancias todo son pérdidas.

El Teclas volvió a empujar mi silla al levantarse y salió de la cafetería a toda velocidad, visiblemente emocionado tras la conversación. Yo seguía pensando en la poesía del Teclas cuando apareció la camarera como por arte de magia y, con una sonrisa en la cara, me dijo:

- Bueno, supongo que el ron con cocacola de su amigo lo pagará usted, porque él se ha ido sin pagarlo...

25 comentarios:

Brubaker dijo...

Creo que este es el comienzo de una gran amistar, mejor dicho de algo más, ya que veo un noviazgo entre Don Guay y el Teclas. Flota el amor en el aire, entre estos dos.

Un saludo

inu dijo...

a ver si al final el sancho panza del teclas va a acabar como en el relato de cervantes totalmente guay-zado y el extraño desconocido viceversa...

saludos con los mofletes.

Anónimo dijo...

Primera vez que entro a este blog, pero me ha interesado.

Estare al pendiente de esa gente guay, =)

Saludos desde México.

(!) hombre perplejo dijo...

Pobre Teclas. La que le espera. Empecé a sospecharlo cuando lo vi entrar llevando esa camisa de algodónguay... !)

Anónimo dijo...

Qué jeta el Teclas!! pero me cae guay, bebe lo mismo que yo! jajaja.

A ver que pasa y la que le lían en la peluquería, intrigadísisisisisima me quedo. ;)

Besos guays.

peibol dijo...

Siempre es duro abandonar la vida que conocíamos, pero sé que el Teclas recapacitará y será otro cachocarne sin criterio; ¿acaso no lo hacen casi todos?

Un saludo

PD. Tengo bastante pelo en el pecho y las piernas. Avísame si ya no soy bien recibido en este blog :o

X dijo...

Joder, ¡qué jamones!

Y encima la camarera se ha dado cuenta de que eran amigos, este Extraño es un Don Pringao.

Anónimo dijo...

Muchas gracias, Don Guay.
Por culpa de gente como tú cada vez hay menos mercado de geeks y frikis para gente como yo.
Los cuidadores de hormigas, una especie en peligro de extinción. Nunca debiste llevarte al Teclas al lado oscuro...


grrrr
(muy molesta)

ojos_de_gata dijo...

jajaja el nuevo compañero de aventuras el teclas? se llama asi por algo en especial?

estoy de acuerdo con brubaker: Love is in the air jejeje

Martha dijo...

Bueh, bueh! No me puedo creer que el teclas haya sucumbido tan rápido. La gente que tiene granja de hormigas, no se olvida de ellas tan facilmente...Así que, Don Guay, cuidadín ¡que este te la juegaaaaaa! Ya ha empezado con lo del ron...yo que tu me andaría con mil ojoooooooooos!

^^

1 besazooooooooo!

Yopopolin dijo...

jajaja, para que sirvio estar espalda con espalda?? pa´na´!!

gran capitulo el de hoy! bonita amistad entre don guay y teclas... xD

saludetes guays!!

Sonia Ruiz dijo...

¿Te estas llevando gente al lado guay, para ganar adeptos a la causa? ¿Esto entra dentro de tu plan de reconstruccion?

Fenix dijo...

Extraño Desconocido, vístete como un Guay, pero sé tu mismo! Así tendrás éxito con las mujeres ;-), Saludos! Gustavo.

inu dijo...

Hombre Desconocido en Facebook YA!

JuanRa Diablo dijo...

Pero para ser Guay ¿hay que ser también tan cabrón?
Mandar al Teclas para que caiga en brazos de Jimmy Love es una putada. Bien merecido el que te toque pagar su cubata ron!

Aunque el Extraño se vista de guay...

Yyrkoon dijo...

jajajaja, nunca dejará de sorprenderme tu capacidad para decir gilipolleces!! IM-PRESIONANTE j0aj0a0aja.

Muy bueno xDDD

adriana rey dijo...

Próximo paso: tendrás que matar a la camarera.

peibol dijo...

Hola de nuevo

En mi blog te espera un premio. Pásate a buscarlo cuando quieras. ;)

Un saludo

Unknown dijo...

jejeje.... vaya con el teclas! Muy entretenida!

gracias por tu comentario hacia mi blog!

bss

Luismi dijo...

pobre teclas, lo que no le vaya a pasar a él xD

Dylan Forrester dijo...

Con tal de no ser un gilipollas :)

Salud!

Cristina dijo...

Muy bueno.

Anónimo dijo...

hello... hapi blogging... have a nice day! just visiting here....

ordago13 dijo...

Esta genial escrito... muy interesante tu blog¡¡¡ Me ha gustado mucho

Si quieres escuchar un buen programa de radio musical pasate por el mio: 10 historias 10 canciones

Trenzas dijo...

Extraño, sin palabras me has dejado. Es que ya me había leído el post de abajo, sin darme cuenta, y ahora con éste, ya no sé si estoy en el programa de tele, "el hormiguero" , viendo ligar a Pulguita con Trancas y a Miguelita con Barrancas y luego viendo a los cuatro ir a vender sus enredos a "la noria".
Lo que está claro es que ni el hígado ni el agua con limón te vienen bien. Vigila mucho tu dieta y las paradas del autobús, porque en una de estas, te cojes una colitis, o lo que es peor, un bus directo a Marte.
Otrosi; me parece una p...da de las buenas mandar al pobre Teclas al Jimmy Love, así, sin avisar ni nada.
Te está bien empleado que se fuera sin pagar. Justo castigo a tu perversidad, ea.
Eso sí; me he reído un montón.
:)
Un abrazo bien fuerte, genio.