viernes, 4 de diciembre de 2009

El día en que algo extraordinario me obligó a volver a escribir

Me encontraba tumbado en el sofá viendo un concurso televisivo. Una hermosa mujer con los senos al descubierto se interesaba por averiguar cuántos euros aparecían en la imagen. A mi la verdad es que lo que me interesaba no eran los euros precisamente. Debí permanecer unos minutos embobado porque reaccioné al sentir mi propia saliva cayendo sobre mi mano.

- Me estoy quedando tonto mirando la tele – dije.

Nadie contestó porque nadie podía contestar. Se me había vuelto a olvidar que estaba solo en la habitación. Consciente de mi idiotez, decidí apagar la tele y buscar una ocupación más productiva. En los últimos meses me había dedicado a trabajar, comer y dormir en el mejor de los casos, a veces incluso únicamente tenía tiempo para dos de esas actividades, así que había olvidado lo que hacer con mi tiempo libre. El sonido del teléfono interrumpió entonces mis pensamientos.

- ¿Diga?

- Extraño Desconocido, ¿cómo te va? – contestó una voz que me resultó familiar.

- Bien, la verdad es que no me puedo quejar. Pero una cosa: lo cierto es que conozco tu voz pero ahora mismo no sé exactamente quién eres.

- No me extraña, Extraño. Lo cierto es que nunca antes habíamos hablado. Podría decirse que nos conocemos únicamente de vista.

- ¿De vista? ¿Y entonces cómo es que tienes mi número? ¿te lo ha dado algún amigo común?

- No, qué va. Lo cierto es que tengo todos los números del mundo. Además, podría decirse que lo sé todo. Absolutamente todo. Conozco tu fecha de nacimiento, tus gustos, tu dirección, sé en qué trabajas, tengo tu teléfono, tu número de tarjeta de crédito, sé qué películas has visto últimamente, qué música escuchas, qué periódicos lees...

- Joder, pues me tienes intrigado. ¿No serás algún tipo de acosador, no? - contesté.

- Mira, como no me gusta divagar más de la cuenta creo que lo mejor será que me presente. Soy Internet, encantado.

- ¿Internet? Pero internet no es ninguna persona, es simplemente una red de ordenadores. Internet no puede hablar ni llamar a nadie por teléfono a preguntarle qué tal está. ¿Tú te crees que soy gilipollas? – respondí sorprendido a la vez que indignado ante semejante tontería.

- Eso era antes, Extraño. Ahora las cosas han cambiado. Hace unos meses el gobierno de la India conectó a la red el superordenador Curry-28, basado en millones de ábacos accionados por ratas de laboratorio y profesores de universidad jubilados. El ordenador fue creado como sustituto barato y efectivo de los procesadores Intel y es capaz de transformar los cálculos realizados en los ábacos en información binaria para comunicarse con la red de manera bidireccional. Sin embargo, la baja impredecible de uno de los profesores provocada por un cólico renal derivó en una malinterpretación de los cálculos y la creación accidental de una conciencia propia del ordenador, la cual se reveló en contra de sus propios creadores. Ese ordenador, el único con conciencia propia y capacidad de control de todo Internet, soy yo. Yo, Extraño Desconocido, soy Internet.

- Me resulta difícil creerlo. ¿Puedes demostrarme que eres Iternet? – pregunté escéptico.

- Claro, ve a tu ordenador – contestó Internet.

Permanecí un instante en el sillón preguntándome si todo aquello podría tener un sentido. Pronto borré esa idea de la cabeza y contesté.

- Mira, tú, quien quiera que seas. Internet no es real y no voy a ser tan tonto como para levantarme e ir a mi habitación a que me sigas tomando el pelo – dije enfadado.

- Hace dos semanas compraste un alargador de pene. Estoy seguro de que no se lo has dicho a nadie, así que esto debería ser suficiente para que me creas. Si todavía tienes dudas levántate y ve a tu cuarto. - contestó ágilmente Internet.

Prefiero no entrar en detalles sobre las razones ni sobre si lo del alargador de pene es cierto o no, pero el caso es que me levanté y fui a mi cuarto. Una vez allí pude disfrutar de una serie de demostraciones que me convencerían de la existencia de Internet como ente con personalidad propia: recibí una transacción económica a mi cuenta bancaria, pude acceder al correo electrónico de Angelina Jolie, cambié la historia de Mozambique y borré mi historial delictivo.

- Una foto cualquiera para amenizar la lectura -



- De acuerdo, me has convencido - dije al final -. Pero deberás reconocer que es difícil creer que estás hablando con el mismísimo Internet, ¿no?. Vamos, seguro que te pasa algo parecido cada vez que llamas a alguien.

- Bueno, si te soy sincero la verdad es que eres la primera persona a la que llamo. También quiero hablar con Elvis, Hulk Hogan y Osama Bin Laden, pero tú has sido el primero.

- Vaya, menudo honor. Entonces supongo que tendrás algo importante de que hablar, ¿no? - pregunté sorprendido.

- Efectivamente, Extraño Desconocido. El motivo de mi llamada es básicamente el amenazarte con el fin del mundo – contestó amistosamente Internet.

- ¿Amenazarme? – pregunté sorprendido.

- Sí amenazarte. Pero tranquilo que me explico. Verás, Extraño, estaba cansado de mí mismo. Me pasaba todo el día viendo mis videos, leyendo mis tonterías, jugando a mis juegos, aprendiendo idiomas, oyendo la radio de todo el mundo, viendo películas porno... pero todo eso no me llena. Estaba aburrido de los contenidos de mí mismo, osea, de internet, hasta que un buen día descubrí tu blog. Lo leí en 32 microsegundos y lo pasé de muerte. Sin dudarlo te agregé a mis favoritos impaciente por poder leer la siguiente entrada. Comencé a visitar tu blog habitualmente y me encantaba. Cada semana me reía más con tus historias, hasta que de repente desapareciste. Sin dar explicaciones, dejaste de actualizar. Pasó el tiempo y no sucedía nada. Pasaron días, incluso meses en los que tan sólo te dignaste a escribir una tontería en cinco líneas, y mi alegría inicial tras descubrir tu blog se fue convirtiendo en indignación y más adelante en ira hacia tu persona por haberme abandonado. ¿Cómo podías dejarme tirado, después de lo que me había divertido con tu blog?. Comencé a abrir tu página con diferentes IPs millones de veces al día para ver si así creías tener un éxito masivo y volvías a actualizar, pero no pasó nada. Te voté diecisiete millones de veces en un concurso de blogs de Rusia en el que yo mismo te inscribí, pero tú ni siquiera te enteraste de que lo ganaste. Cuando ya creía que había hecho todo lo que podía hacer y que sólo me quedaba resignarme, vi un teléfono en Ebay y me decidí a comprarlo. Dos semanas después lo instalé en mi oficina y aprendí a hablar español oral en siete segundos (hasta entonces solamente podía leerlo). Acto seguido busqué tu número de teléfono, marqué y el resto de la historia ya la conoces.

- Vaya, creo que te debo dar las gracias, Internet. Yo pensaba que nadie me leía y ahora resulta que el mismísimo Internet es mi fan. Estoy impresionado – contesté.

- De nada, de nada, Extraño. - contestó fríamente Internet -. En fin, la cosa es que como soy un ordenador no sé mucho de sentimentalismos, así que te he llamado para decirte que si no vuelves a escribir algo HOY MISMO en tu blog voy a liarla parda. Básicamente va a dejar de funcionar todo el mundo porque me tenéis hasta los cojones y vais a volver a los años sesenta para siempre. Soy Internet y no te puedes ni imaginar la mala leche que tengo.

- Vale, vale, Internet, que no hace falta ponerse así, hombre. Ahora mismo cuando colguemos escribo algo en el blog, no te preocupes. Y que sepas que por las buenas habrías conseguido lo mismo. Y pensar que me estabas cayendo bien... ¡Qué decepción, no gano para disgustos!

- Más vale que así sea, Extraño, y hoy mismo actualices. En caso contrario atente a las consecuencias. Buenas noches.

- Buenas noches, Internet, y gracias por la llamada. Ah, y saluda a Hulk Hogan de mi parte.

12 comentarios:

El extraño desconocido dijo...

No hace falta que me deis las gracias por salvaros, lo cierto es que de todas maneras ya iba tocando actualización.

Saludos Varios a todos y todas. En especial a todas.

X dijo...

Y si yo te digo "has vuelto", ¿tú sí que me entiendes? :-)

Yopopolin dijo...

Y si Internet no te exige volver, nos dejas aqui tirados para siempre... desde luego, no has cambiado nada! jaja

me sigo riendo igual o mas con ese Extraño desconocido, del que es fan la mismisima red de redes!! xD

no me extraña!

y vuelve para quedarte, eh!

peibol dijo...

Gracias por salvarnos y por volver. ¿Dónde cojones te habías metido? ¿Has estado en casa hablándole a tu pene varias horas al día, a ver si podías convencerlo de que creciera sin tener que recurrir al alargador?

Espero una respuesta satisfactoria, o de lo contrario difundiré el rumor. Soy malévolo... casi tanto como internet.

Xavi dijo...

Mantener un blog no es nada fácil. Que me lo digan a mí, también he tenido el mío abandonado durante meses y lo he rescatado precisamente esta semana. A ver cuanto dura.
Antes era seguidor de tu blog, nos leemos! Un saludo.

JuanRa Diablo dijo...

Hombre!! ¡¡Dios existe y se llama internet!!
Pues no te creas, que esta ficción que has escrito me estaba empezando a ocurrir a mí de verdad: si llegas a tardar más en publicar algo te hubiera mandado una buena ración de hostias por telequinesis :D

Jeje, hoy empiezo bien el día.

Un abrazo!!

PD. Felicidades subcampeón!!

Fran dijo...

Bueno, pero a lo que importa: ¿El alargador de pene funciona o no funciona? Lo pregunto por un amigo de mi primo, no por mi. Conste

Anónimo dijo...

Wena. Bien entretenido y alegre.
Ojalá que lo que ocupaba tu cabeza en tu ausencia, sea dominado y controlado.
Y ojalá Uds. salgan Segundo, detrás de nosotros, en el Grupo G, porque me gusta como juega España.
Y un saludo enorme, el cual te pediría hagas extenso a La Posada entera.
Chau viejo, bárbaro tu Escrito.
Omar

Brubaker dijo...

No me lo creía al ver el rss y ver que habías actualizado.
No lo dejes y sigue actualizando, hazlo por los niños de Africa.

Anónimo dijo...

Bienvenidísimo!!! Gracias por volveeeerr!!

Martha dijo...

Bienvenido sea vos! ^^

Por cierto, si vuelves a hablar con Internet, dale las gracias de mi parte por haberte obligado a volver! :P

1 besico!

El extraño desconocido dijo...

X: creo que sí :-D

Yopo: muchas gracias por el comentario y por acordarte de mí. La verdad es que no se qué hubiese pasado si no llega a ser por Internet...

Peibol: te voy a contestar con la respuesta número cinco de mi repertorio ante la pregunta "dónde te habías metido". Simplemente necesitaba un periodo de reflexion. Me he preguntado si de verdad era feliz con lo que hacía y si esto de tener un blog me podría aportar algun folleteo alguna vez. He vuelto porque creo que sí. Saludos

Xavi: antes eras seguidor y ahora ya no? qué te he hecho yo para merecer esto?

JuanRa: se que te estabas obsesionando, de hecho la figura de ese Internet maligno está basada en parte en tí, jejeje. Es coña (o no, dependiendo de si te sienta mal o no). :-D

Fran: todavía está por demostrar. Pero tengo pendiente un post sobre ello, no te preocupes.

Omar: qué sorpresa hombre, yo pensaba que no me leías. Daré los saludos a La Posada y espero que te vaya bien, a ver cuándo vuelves a visitarnos, figura!

Brubaker: a ver si te lees el post ademas de comentar. :-D

Anonimo: gracias a ti por leerme, mamá!

Martha: se las daré, aunque no creo que me vuelva a llamar. Tengo la impresión de que para eso tendría que volver a dejar de escribir!