miércoles, 13 de enero de 2010

La mentira

Dario Floreano es un tío famoso entre otras cosas por no saber hacer trucos de magia pese a parecerse bastante a David Copperfield. También es presidente del club de su pueblo de hombres peinados con raya en medio y director del laboratorio de sistemas inteligentes (LIS) en Suiza. Allí Dario, además de comer chocolate y ordeñar vacas, de vez en cuando hace experimentos con robots.

Hace ya un tiempo, Dario comenzó a experimentar con robots, ayudado por un equipo de frikis internacionales. Los robots eran sencillos mecanismos capaces de emitir y recibir luz, así como de desplazarse en un entorno liso. Dario y su equipo crearon un programa informático para el manejo de dichos robots, el cual estaba formado por un total de veinte “genes” (trozos de código). En su laboratorio, los robots fueron puestos en un entorno en el que había dos tipos de fuentes: unas de alimento y otras de veneno. Los robots se desplazaban en este entorno, se reproducían y morían. En la reproducción se recombinaban los genes de dos robots, introduciéndose además mutaciones aleatorias (cambios del código). Tras unas cuantas generaciones, los robots eran capaces de comunicarse entre sí habiendo formado cuatro grupos (tribus) diferentes. Lo más curioso es que los individuos de una de las tribus desarrollaron tras cincuenta generaciones la capacidad de mentir. Cuando encontraban veneno emitían señales que hacían creer al resto que se trataba de una fuente de alimento, y viceversa. La mentira ayudaba a sobrevivir a aquellos robots. (Artículo sobre el estudio en Discover magazine).

Los seres humanos, que tenemos a través de la evolución recursos más que suficientes para mentir, descubrimos ya de pequeños la enorme utilidad de la mentira. Cada vez que nos libramos de algún castigo o conseguimos un regalo gracias a ella, nos vamos habituando a su uso. Sin embargo, es curioso que a pesar de mentir mantengamos nuestra inocencia hasta mucho más tarde, sintiéndonos decepcionados cuando vamos descubriendo que el resto de personas también miente. Supongo que simplemente nos creemos más listos que los demás.

Ya en el mundo adulto crece la desconfianza, y cualquier afirmación nuestra puede estar bajo sospecha dependiendo de en qué círculos sea lanzada. Ya no es suficiente una mentira improvisada, sino que es necesario atar bien todos los cabos y asegurarse de que nadie va a recibir algún tipo de información de terceras personas que pueda desvelar nuestra mentira.

Cuantas más personas deban creerse nuestra mentira y cuanto mayor sea el flujo de información entre esas personas, más difícil resulta no ser descubierto. Es por eso que colar una mentira a todo un país, además tratándose de algo perfectamente comprobable, es algo casi digno de alabanza.

De esto último veremos un ejemplo en la próxima entrada.

8 comentarios:

JuanRa Diablo dijo...

Y ahora es cuando debe sonar un redoble de tambores, ¿no?

Te advierto que si nos vas a contar que algún político ha mentido no nos va a dar ningún susto. En el temario para ser político debe haber una lección que diga "Cómo meterlas con arte y sin dolor"

Quedo a la espera intrigado (osea verwirrt según me chiva el traductor) ;)

peibol dijo...

Yo también intyo que los tiros deben ir por ahí... pero seré precavido y esperaré a que nos des la respuesta.

;)

X dijo...

No creo que Don Guay nos decepcione con una mentira política, después de lo alto que apunta con los robots. xD

El extraño desconocido dijo...

Efectivamente no se trata de una mentira política sino mas bien de una leyenda urbana. De todas formas, tampoco esperéis que vaya a desvelar la mentira del siglo, que no quiero defraudar al publico!

La exorsister dijo...

Yo tengo tan poco memoria y tan poca credibilidad que rara vez miento.

No es que sea una santurrona, es que siempre me pillan, asi que prefiero omitir información o irme por peteneras.

¿cual será esa gran mentira?

Yopopolin dijo...

Que fuerte lo de los robots mentirosos estos, no? No tenia ni idea, parece ciencia ficcion... xD

esperando la gran mentira de la humanidad en tu proxima entrada! jajaja

X dijo...

¡He visto la luz! ¿No se tratará del Surprise, Surprise, Ricky Martin saliendo del armario, el perro y la mermelada? Creo que ha sido la leyenda urbana más comentada de los últimos siglos.

(!) hombre perplejo dijo...

La verdad compromete. La mentira es comprometida !)