lunes, 19 de diciembre de 2011

La grapadora asesina

Con asombro aprecio que no ha pasado nada. Deposito la grapadora sobre la mesa. Observo con atención el dorso de mi mano. Las marcadas venas serpentean esquivando el escaso bello que finaliza poco antes del nacimiento de los dedos. Ellos, finos y puntiagudos, permanecen juntos como abrazándose entre sí. Los separo lentamente pero me sorprende la falta de espacio entre los dedos índice y corazón, que permanecen unidos como pegados entre sí. Hago mucha más fuerza pero sigo sin lograr separarlos. Confuso por la situación, busco respuesta en la palma de mi mano y descubro una grapa que une ambos dedos.

Segundos antes, en mi habitación me preguntaba si una grapadora normal y corriente podría lanzar las grapas al abrirla y prescindir de la parte inferior que hace las veces de molde para deformar las mismas una vez han atravesado el papel. Así pues, abría la grapadora y hacía fuerza para comprimir la parte superior, espectante por saber hasta dónde volaría la grapa, si es que volaba. Para ello cogía la grapadora por el extremo de donde salen las grapas y, tonto de mí, sin darme cuenta ponía los dedos índice y corazón en la salida de las mismas para con el pulgar hacer fuerza para lanzar la grapa.
- No digáis que no da miedo -





Dicen que los nervios se bloquean completamente ante el dolor extremo, lo que hace que nuestro cuerpo no nos indique el mismo en absoluto. Supongo que por este mecanismo no fui consciente de haberme grapado los dedos y me preguntaba segundos después por qué no podía separarlos entre sí.

Arranqué la grapa con ayuda de mi otra mano y, entonces sí, al extraer esos cinco milímetros de metal de las yemas de mis dedos sentí un fuerte dolor, el cual iba a acompañarme durante unas semanas para recordarme cada vez que tocase algún objeto que las grapadoras efectivamente funcionan aunque estén desplegadas.

4 comentarios:

Yyrkoon dijo...

¿Quién eres tú y que has hecho con el extraño desconocido?

El extraño desconocido dijo...

Estaba intentando escribir terror por cambiar un poco, tito.
O por qué lo dices? Tanto me cambia el implante capilar?

Yyrkoon dijo...

No, lo decía porque ahora no sólo me rio un poco menos que antes sino que además he llegado a leer hasta dos frases con sentido en un solo post. Eso no es normal.

Además, te veo los cuernos y la trompa más largos.

El extraño desconocido dijo...

Estoy un poco oxidado despues de tanto sin escribir, pero tengo un par de historias empezadas más en mi línea, don´t worry.

Saludetes