Una de las observaciones que hago al “transportarme” al año 2004 la hago al
revivir las diferencias entre la España y la Alemania de aquel entonces. Y no
voy a hablar de las diferencias económicas, que seguramente eran menores que
ahora, ni de las tecnológicas, que son más que evidentes, sino que escribiré más bien de las diferencias culturales, sociales, de alimentación
que apreciaba por entonces en el día a día.
Recuerdo percibir que la gente vestía de otra manera. Es España Zara ya
había explotado y cambiado el ropero de los jóvenes. Nosotros vestíamos
Pull&Bear, Zara, Bershka. En Alemania tenían todavía un estilo más clásico,
se veían más marcas de las de toda la vida pero también el armario estándar
tipo C&A. Creo recordar que de las tiendas alemanas solamente conocía a
H&M, la cual por aquel entonces ya se había instaurado en España. En los
primeros años compraba ropa en cualquier comercio en Alemania con la total
seguridad de que nunca encontraría a nadie vistiendo lo mismo en España.
Escuchaba un aparato de radio a pilas que me había traído de España. En la
radio se sonaban canciones en inglés y en alemán a partes iguales. Había
diferentes emisoras con diferentes estilos, pero era casi imposible escuchar
algo en Español como lo que se escuchaba en las discotecas de mi ciudad natal.
Aprendí a canturrear temazos alemanes de Juli o Nena, y conocí al que considero
el mejor cantante alemán, Xavier Naidoo. Cuando volvía a España de vacaciones
tenía que ponerme al día en el pop, rock o rumba españoles, y a su vez traía
conmigo algunas canciones alemanas o americanas que nadie conocía en mi tierra.
Las ciudades alemanas eran bastante internacionales, pero cuando visitaba
cualquier pueblo solamente veía esas casas típicas con tejados inclinados,
madera en la fachada y preciosos colores, estampa especialmente bonita en el
invierno. Esas imágenes eran de las cosas que más impresionaban a cualquier
visitante de España. Las casas por dentro también eran considerablemente
distintas. Muchas paredes empapeladas, diferentes tipos de madera, otros
colores en la decoración, otros tipos de plantas que en España, muebles con
distinto diseño y de fabricantes desconocidos. Al fin y al cabo, las casas eran
diferentes tanto por dentro como por fuera.
La comida era totalmente distinta. Incluso se bebían otras cosas. Hace un
tiempo escribí esta entrada dedicada a este tema. No encontraba raciones y tapas
sino carnes con salsas, el imprescindible Kebab (turco, aunque instauradísimo
en Alemania), y para beber el Apfelsaftschorle. En mi segundo año tuve la
suerte de asistir por primera vez a la Oktoberfest en Munich, con esas jarras
de litro, el codillo y esos Dirndl que nunca en mi vida había visto. Una
experiencia impresionante e inolvidable.
En el cine, que no visitaba, se proyectaban muchas películas alemanas con
actores que nunca había visto. En la televisión había series, concursos y
programas para mí totalmente desconocidos a excepción de alguno como Qué Apostamos,
La Ruleta de la Fortuna o Los Simpsons. Ninguna señal de series españolas, cuya
trama me relataban los amigos cuando volvía de visita o hablábamos por teléfono.
La gente leía libros que desconocía de autores alemanes. En España reinaban
los autores españoles o latinoamericanos. Pocas conversaciones recuerdo haber
tenido sobre literatura a excepción de los clásicos.
Cuando, después de recordar todas aquellas impresiones, reflexiono sobre
las diferencias que puedo observar en la actualidad, veo cómo las mismas se han
ido diluyendo de un modo terrible.
Ahora encuentras no solamente Zara, sino todas las marcas de Inditex,
H&M y Primark en todas las ciudades y muchos pueblos de España y Alemania.
Es impresionante cómo todos los jóvenes visten de manera casi igual en los dos
países.
En la radio la música creada en cada país es la excepción. Ahora siempre
suenan artistas como Lady Gaga, David Guetta o Pitbull. La música de DJ con
alguna que otra colaboración Dance o Hip Hop, Reggaeton y poco más.
Las casas que se construyen nuevas en Alemania son la típica construcción
estándar barata cuadriculada con tejado plano. Por dentro las paredes blancas, los
baños en blanco y negro y todas ellas amuebladas y decoradas en Ikea. Vamos,
que las casas de mis amigos españoles son exactamente iguales a las casas de
mis amigos alemanes. Veo el mismo armario, la misma estantería y la misma
lámpara esté donde esté.
Ahora voy al supermercado y puedo comprar chorizo o jamón, lo cual por otra
parte está genial. En España tienes Lidl en cualquier ciudad con los mismos
productos que en Alemania y el Kebab apareció hace unos años para quedarse.
Incluso he visto algún Lizarrán en Alemania. Por no hablar de McDonalds o
Burguer King, aunque aquellos ya estaban en los dos países en 2004. Ahora en
España incluso hay Oktoberfest en las grandes ciudades incluyendo la
correspondiente orquesta bávara.
En cuanto a películas, series o libros nos hemos vuelto totalmente
americanos. Game of Thrones, How I met your mother, Harry Potter, El código da
Vinci. Ahora tanto españoles como alemanes ven, escuchan y leen lo mismo. Por
supuesto que hay excepciones, pero la diferencia entre antes y ahora es
espectacular.
3 comentarios:
Parece que hasta 2004 no habías salido de tu pueblo. Yo llevo viviendo en Europa desde 2000 y todas esas cosas que mencionás ya eran así. Yo la única diferencia que veo en Alemania respecto a la primera vez que vine en 2006 es que ahora hay muchos españoles viviendo aquí.
Yo soy de una gran ciudad en España y te puedo asegurar que las cosas han cambiado, y mucho. Si tú llevas viajando y viviendo por Europa desde el 2000 puede ser que no seas consciente o no recuerdes lo diferente que era España por aquel entonces.
Saludos
Hola, He llegado a tu blog curioseando desde otro blog y he leído con interés esta entrada y tengo que reconocer que me ha dado un poquito de nostalgia por esas cosas que nos diferenciaban.
Ahora cuando viajas y paseas por otras ciudades te encuentras con las mismas tiendas de ropa y hasta con los mismos escaparates que puedes ver en tu ciudad y eso es un poco "monótono", al final parece que todos vayamos de uniforme. Cosas de la globalización, alguna muy buenas y otras un poco menos.
Saludos
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